domingo, 12 de febrero de 2023

Último aviso de naufragio

Ahora que nada está en su sitio,

que la noche acecha cada vez más temprano

y que vuelves

a volver a irte.




Después de haber corrido por la otra parte del mundo

me he dado cuenta de que a estas ganas

sólo le detienen todo el peso la tu ausencia.


Y a veces, me desvelo de madrugada

cuando te proyectas en mi cine de sábanas blancas

y confundo tu reflejo

con el espejismo de una vida pasada. 


Y es que a pesar de la distancia

el tiempo

y todas las personas a las que podré querer,

sé que si me lo pides

sería capaz de cerrarle los ojos al mundo,

cortarme las alas

y dejar que tus manos sean lo único que me ahogue

para siempre. 

Pero tu silencio es lo único que me arropa. 

sábado, 5 de febrero de 2022

C-o-r-t-i-sol

De tal palo, tal astilla

y en mis dedos están todas clavadas.




He aprendido una palabra nueva que designa cómo es el sentimiento
que intoxica mi cuerpo
tras la huida 
de aquellas cuatro blancas paredes en las que tú querías crear nuestro hogar. 

Experimento en mi cuerpo la culpa
en mi pecho habita en todas sus versiones y magnitudes
y a ratitos no me deja respirar.
Dejarte ir fue como dejar tras de mi un cadáver
por eso mi vida intenta teñirse de un luto que no reconozco como mío,
porque fui yo la que le quitó la vida a todo esto.

Y como si se tratase de un rezo me repito:

"por mi culpa
por mi culpa
por mi gran culpa"
ya nadie habla de amor.

Ahora mido el tiempo
en los días que tardan en marchitarse las últimas flores que me regalaste,
como si nuestro amor se tratase de una muerte anunciada,
un difunto convertido en la historia de dos amantes
al que nadie va a llevarle flores. 

Desde entonces he provocado cinco tormentas,
desde que me fui sólo he traído el frío
a un cuerpo moribundo que no sé si es el mío.
Y ahora intento aprender a vivir sabiendo que no hay
un hombre
esperándome
en alguna parte.

Y pienso,
dónde voy a encontrar un amor tan grande
si Córdoba está cada vez más lejana
y yo más sola. 

martes, 5 de marzo de 2019

me has conocido en un momento extraño de mi vida.

Es peor el remedio que la enfermedad
si todas mis enfermedades crónicas me las suturas tú.



De qué sirve que quieras tener mi número
de pasos
si cuando llamo, comunicas

amenazas de bomba.

Lloré porque me di cuenta de que había dejado de quererte
ahora lloro porque el resto no me quiere a mi.
Me niego el amor propio cuando me niegas el amor a mi
pero es que el amor no entra en una cama de 1´35
dónde las sábanas son una carrera de larga distancia
que me separa de ti.

No puedes llenar el vacío
en el que un día cupo un amor no correspondido
que albergó una tristeza parecida a esta.
Pero esta vez son tus ojos los que me
ignoran
y no los de otro.

Quise ser todo lo que un día olvidé que quería ser,
moverme por tu vida como la llama de un incendio
que devastó algo tuyo que no querías:
con paso firme e insignificante.
Y decirte cuando ya todo esté oscuro y en silencio
y me olvides:
no soy quien creías
aunque no pienso demostrarte lo contrario.

Entonces me coronaré como la reina de las dramáticas,
y fingiré que todo esto jamás ha existido.

sábado, 1 de diciembre de 2018

Viaje urgente al hospital.

Se me han subido los abandonos a la cabeza. 


"it's a posion that I carry inside my blood 

that is going to kill me without you having even loved me."


Mis palabras no fueron una negación de amor fugaz y repentino
tu rechazo duró apenas segundos
y encuentro en las palabras del resto 
el fragmento que separaba las ganas de unir tu cuerpo con el mío.

Parada en seco
parada cardíaca
fallo respiratorio
fallo multiorgánico
personas convulsionando en el frío suelo de una noche infernal de invierno
y el choque de dos trenes que no van a parar a ningún sitio
mientras se baja la mirada
cierran líneas de metro
y callamos todo lo que ha ocurrido.

Dónde estás
no encuentro respuesta.
Observo,
te veo pasar y bueno,
sé que este silencio solo se puede arreglar con tus labios sobre los míos.
Te vas
y no lo entiendo, 
vuelves
vuelves a irte. 
No sé que va a pasar mañana
ni qué día hace hoy
pero reconozco aquí dentro la falta de sustento propio 
que se resume en juntar el hambre con las de comernos
y ahora es cuando intento congelar en la nevera
la vida que habité contigo. 

domingo, 30 de septiembre de 2018

De segunda mano (siempre que sean las tuyas).

Muerto el perro
dime qué coño hago con la rabia.




Dónde quedarán las dudas, dime
a dónde va a llevarme la espera si no es al olvido
si no es a la calma impasiva,
a la falsa verdad delante de un espejo en el que no veo nuestro reflejo.

si no sé donde se guarda tanta tristeza
que rebosa y provoca al llanto exagerado y silencioso
incitando en mi la profunda personificación de la desidia
y acabo culpándome de no despertar en ti el insaciante deseo de las ganas,
por eso te regalo mis ojeras
para que te quedes a dormir en ellas.

Recaigo en la esotérica pena
y en la falta de sustento propio cuando no me alimento de tu boca,
dejo de ser una madre preocupada esperando paciente tu vuelta
cuando pienso que a la mañana siguiente esto será mejor
cuando creo que lo que viene será mejor
cuando empiezo a creer que no vas a volver
(a verme). 

Cómo silencio esta guerra, dime
aquí sólo me veo a mi luchar contra mi misma
si ya te he perdido y y no sé qué mas tengo que me aterre perder
y es entonces cuando recorres un campo de minas sabiendo donde está lo que explota
y es entonces cuando todo estalla
y no llueve, sólo cae tormenta
en el lugar en el que encuentro a otros sin parecerse a ti.
Y tras un tímido encuentro con todo lo que hemos sido
prefiero tu tacto punzante en mi a la más profunda nada,
que me pegues con todas tus fuerzas
(a ti)
que el daño sea un recoveco más en esta piel que cicatriza cada vez más lento.

Tendré que acostumbrarme a que la suma de dos cuerpos salga impar,
a quedarme con hambre de una cara que poco a poco va perdiendo el rostro,
pero dime qué pasa si ya no soy capaz de hacerme polvo con el resto

si duermo en unas sábanas frías que nunca han conocido tu calor
que entienden que no descanso si al subir las persianas rotas no encuentros las respuestas a lo que no me introdujo en el sueño placentero la noche anterior,
y saben que yo el amor sólo sé escribirlo con tu nombre.

Dónde permanece la indecisión, dime
si ahora que me introduces a la vida adulta te tienes que ir.

viernes, 8 de junio de 2018

Cinco pesadillas que dicen que superaré esto.

Jamás soportaría tu tristeza con una sonrisa.

Me advierten como si mi mirada huérfana
pidiera a gritos la búsqueda
de una madre que me abandonó al nacer:
después llorarás
pero ignoran
que antes también.

Mírame, empiezo a ser como el resto


pero ya no quieres verme


ni oyes ni sientes
dentro de tu oxidada coraza


y olvidas
mi ausencia.



   Negación.
No me has perdido
¿cómo te encuentras?
no sé por donde empezar a buscarnos.

   IRA.
Cuando las voces cesan
el silencio resquebraja 
las grietas de todo lo que aún no te atreves a romper
por miedo a que rompan.

   Negociación.
La suerte de un gato desahuciado
una noche sin luna llena
y protejo sus ojos que no me miran de la idea 
de observarme vulnerable ante otro tacto.

   Depresión.
Declaración de inocencia:
Ya no me hace feliz estar triste,
ni el gris,
ni tú.
Y no soy quien fui (contigo).

   Aceptación.
Todo es mentira.  

domingo, 25 de febrero de 2018

Disco rallado que sólo gira en mi cabeza.

Ojalá algún día no me importe lo que dices cuando callas. 


'Procuro olvidarte siguiendo la ruta de un pájaro herido'.

No me hables es lo que digo cada vez que pido que me hables.
No sé decir la verdad si no es a medias.                                       
Si no se aleja por completo de la realidad.                                
                                        no sé decir la verdad si no es mentira.

Ni siquiera sé si quiero saber cómo te va la vida.
            que a veces pierdo la memoria por placer.

Y pasé de escuchar canciones de Extremoduro a gritar tu nombre en los portales en los que no me diste un beso de despedida.
Me siento identificada con todas las canciones que todavía no has escuchado porque me recuerdan a las voces de mi cabeza que no sé cómo sacar para que escuches. Dime tú también la verdad, que no sé imaginármela. 

Ahora mismo sólo me queda la certeza de que todo vuelve, ya sea en forma de paloma mensajera que nada más verte se da a vuelta, o como un boomerang que te parte toda la cara
y me parten la cara
por no darla
por ti. 

Las cosas acaban como nunca tendrían que haber empezado.